Sobre mí
«Las personas me dicen que he cambiado mucho, y yo les digo que soy el mismo, lo que pasa es que ahora sé quién soy, me valoro, persigo mis sueños y sé lo que quiero en mi vida»
Tuve una infancia muy bonita donde fui muy feliz y pude jugar mucho. Ya desde muy pequeño me gustaba observar, escuchar y ayudar a los demás. Fui muy afortunado porque tenía muchos amigos y una familia extraordinaria. Me gustaba mucho cualquier actividad que se realizara en la naturaleza, de ahí mi gran suerte de vivir en las afueras de la ciudad lo que me daba acceso a poder estar jugando en un ambiente natural habitualmente.
Recuerdo al inicio de mi adolescencia que me empezó a interesarme el atletismo y aquí fue donde encontré mi primer obstáculo importante, pues había realizado una prueba para que me seleccionarán en un equipo y no me admitieron porque quedé el último en la prueba de selección. Este hecho puntual hizo que me motivara y que llegara a ser un buen atleta en carreras de fondo. Aquí fue donde empecé a tomar contacto con las lesiones y dolores que impedían competir y que a muchos deportistas les obligaba a dejar su deporte, hechos que me inquietaban porque no entendía como el deporte podía hacer daño. Sin saber nada sobre terapias manuales empecé a utilizar mis manos para ayudar a mis compañeros a aliviar sus dolores e incluso a mí mismo.
El segundo obstáculo importante que me encontré, en mi adolescencia, fue al acabar mis estudios de bachiller, cuando los profesores me decían que yo no valía para estudiar, que me dedicara a trabajar. Que bien me hicieron esas palabras para demostrarme y demostrarles que se equivocaban, y así fue, nuevamente me volví a demostrar que mi potencial interior puede conseguir aquello que deseo desde el corazón. Al final de mi adolescencia aprobé una difícil oposición y años después pude sacarme dos carreras universitarias (Fisioterapia y Psicología), un curso postgrado y un máster.
Despertar el cuerpo es el comienzo de un apasionante viaje que acaba en el corazón.
Dentro de mí se iba despertando y potenciando esa pasión que sentía de observar, escuchar y ayudar a los demás, a cualquier ser vivo, especialmente a los seres humanos, … como se mueven, como es su conducta, su comportamiento social y su interacción con el mundo que les rodea. Todo ello, me llevó a dedicar largas horas a la reflexión y a formularme ciertas preguntas existenciales, las cuales han guiado mi camino hasta la actualidad.

Preguntas como: ¿Qué tenemos que aprender en esta vida? ¿Es necesario experimentar tanto sufrimiento, dolor y enfermedad para poder crecer, personalmente y espiritualmente? ¿Qué es el amor incondicional? ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a ayudar a los demás? ¿Para qué me duele mi cuerpo hasta el punto que llega a enfermar o a limitarme? ¿Hasta qué punto afectan las vivencias traumáticas de la infancia en la etapa adulta? ¿Existen otras vidas u otras realidades paralelas a la nuestra? ¿Hasta qué punto me amo, me respeto, me valoro y confío en mí? ¿Estoy cumpliendo mis sueños o estoy cumpliendo los sueños de los demás? ¿Cómo puedo disciplinar mi mente para que no condicioné de una manera negativa mi vida? … Y un sinfín de preguntas a las que necesitaba encontrar una respuesta para poder entenderme a mí y asi poder entender a los demás para poder ayudarles.
Sin embargo, no fue hasta que cumplí 22 años cuando mi vida empezó a cambiar empezando a darle un sentido a todo lo que había reflexionado y experimentado anteriormente, empezó mi despertar espiritual. Fue en esa época cuando se cruzó en mi camino una mujer “canalizadora” muy especial siendo, a través de ella, que tuve mi primer contacto con el mundo espiritual a través de mis maestros y guías. Durante unos años estuve evolucionando con ella, preparando mi camino y disfrutando ese mundo tan apasionante y desconocido que marcaría un antes y un después en mi vida.
El único sueño inalcanzable es aquel que no te propones por miedo a no creer en ti.
Era el momento de empezar a encajar el rompecabezas del ser humano, de para qué tanto dolor, sufrimiento, limitación … y empecé por el cuerpo físico, el más visible, el que se puede tocar y ver. Empecé mi camino formándome en diferentes técnicas manuales y corporales para poder ayudar a los demás, pero me di cuenta que necesitaba una formación más profunda y estructurada a nivel físico, a nivel corporal y por ello decidí formarme en la Universidad como Fisioterapeuta, formación que completé con los grandes maestros/as de la postura, pues entendí que la clave de todo estaba en el cuerpo físico y en su postura sana.
Es verdad que hasta ahora toda esta formación tan física me hizo centrarme solo en este plano y me fui alejando notablemente de mi plano espiritual, lo que fue frenando mi crecimiento interior, de ahí que antes de comenzar mi último año de carrera, en septiembre de 1999, tuve un accidente de tráfico grave, donde tuve una experiencia cercana a la muerte, una experiencia que marcaría toda mi vida porque ahí me mostraron cual era mi propósito de vida: «despertar el corazón de los seres humanos a través del Amor, la Compasión y la Comprensión, utilizando el cuerpo físico como clave para conseguirlo».
Realmente aquí empezó mi camino de crecimiento personal y desarrollo espiritual, mi pasión por enseñar y transmitir, por ayudar y compartir, por acompañar y apoyar, por guiar y orientar… aquí empecé a darle un sentido a mi vida y a mi existencia, puesto que había encontrado mi propósito de vida.

Indudablemente entre el plano físico y el plano espiritual sentía que había otros planos importantes en el ser humano, porque así lo había constatado con mi experiencia en consulta, de ahí que empezó a interesarme el plano emocional y su influencia en el cuerpo físico. Seguí mi formación también en el plano energético y en el plano mental. Todo ello me llevo a querer profundizar en el ser humano y, para ello, volví a ir a la Universidad, esta vez para estudiar Psicología, por la amplia visión que tiene sobre el ser humano y porque me apasiona el comportamiento humano. Así como seguí profundizando estudiando Medicina Psicosomática, Inteligencia Emocional y Habilidades Sociales, lo que me está haciendo encajar muchas piezas de mi rompecabezas.
Los únicos límites que existen en tu vida son aquellos que te impones por miedo a descubrir quien eres.
En verano de 2019 viví una experiencia inolvidable que marcó un antes y un después en mi vida, no sólo a nivel profesional sino también a nivel personal… me fui a Kenia con una ONGD para colaborar ofreciendo mis conocimientos y mi experiencia como fisioterapeuta en diferentes barrios marginales de Nairobi (Soweto, Choca y Kibera).

Fueron tres semanas intensas, tres semanas agotadoras tanto de trabajo como de vivir experiencias, donde pude aprender el verdadero valor de la solidaridad, del compañerismo, del trabajo en equipo, de la humildad y de valorar la vida, donde me di cuenta que aquellos que tienen menos son los que más dan sin esperar nada a cambio, donde cada amanecer es un regalo del cielo porque tienes un nuevo día para poder vivir, donde regalar una sonrisa es algo normal igual que unas palabras de agradecimiento.
Pude entender por fin y aprender el verdadero valor de vivir el momento presente porque aquí no existe la palabra futuro, solo existe el aquí y el ahora, el momento presente.
En esta hermosa experiencia tuve la gran suerte de poder atender a más de 450 personas, sin entender su idioma ni siquiera sus costumbres. Sin embargo, no fue necesaria casi ninguna palabra porque sus cuerpos mostraban claramente su historia de vida, una historia de vida de lucha, de supervivencia y de vivir cada momento al máximo. Aquí fue donde realmente aprendí a conectar con los seres humanos desde la mirada, desde el cuerpo físico, desde el corazón y desde el alma.
Nuestro lema: «El viaje más importante de tu vida… el viaje hacia ti mismo».
Mi pasión… compartir, divulgar, ayudar, colaborar, acompañar, guiar, orientar y enseñar a los seres humanos a desarrollar y potenciar su salud, a despertar su potencial interior para empoderarse y ser libres y así que puedan cumplir con su propósito de vida ofreciendo sus dones o talentos a los demás. Todo ello, a través de esta filosofía de vida llamada Reeducación Corporal Funcional RCF®, un camino de autoconocimiento y auto-realización personal que empieza por despertar el cuerpo físico a través de despertar la conciencia corporal, liberar la respiración y mejorar la postura corporal, y termina despertando el corazón y conectando con el alma para ser coherente y tener una vida con sentido. Todo ello, lo realizo a través de conferencias, talleres, publicaciones, vídeos, retiros, jornadas, terapias individuales y grupales, así como cursos de formación por todo el mundo.
Todo este recorrido y este aprendizaje, de más de 33 años de trabajo y experiencia, han dado como fruto que desarrollara un método de trabajo corporal global de última generación que integra y trabaja los cinco planos que considero que tiene todo ser humano (físico, energético, emocional, mental y espiritual), método que denominé Reeducación Corporal Funcional RCF®, a través del cual se pueden descubrir las claves de la vida teniendo como punto de partida el cuerpo físico, porque es en él donde afectan y actúan los demás cuerpos o planos y, por otro lado, es nuestro vehículo imprescindible en la Tierra para poder experimentar, sentir, avanzar y crecer.

Gracias de corazón por haber sido o por ser parte de mi camino. Espero y deseo que disfrutes con el contenido de esta página web y, sobre todo, con nuestro hermoso, efectivo y extraordinario trabajo, la Reeducación Corporal Funcional RCF®, la cual utilizando el cuerpo físico como punto de partida, te ayudará a despertar tu cuerpo potenciando tu salud para que, a través de él, puedas conectar con tu corazón, con tu alma, y puedas descubrir tu propósito de vida y disfrutar de tu camino.
Namasté.
«La diferencia entre vivir desde el miedo a vivir desde el amor radica en una decisión: aceptar quién eres».
¡SÍGUEME!
Contacta conmigo
"*" señala los campos obligatorios